El pueblo de Argamasilla de Alba volvió a escenificar el ‘Quijote en la Calle’

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Más de cuatrocientos años después la historia volvió a repetirse ‘en el lugar de La Mancha’ con la onceaba representación de las aventuras de Don Alonso de Quijano
  El centro de Argamasilla de Alba volvió a trasladarse al siglo XVII para representar los capítulos LIX, LX, LXI y LXII de la segunda parte del quijote, adaptados para la ocasión por Pilar Serrano de Menchen sobre textos de “Don Quijote de la Mancha” (E.I.C.).   Más de cien personas coordinadas por Pilar Serrano, la directora, entran y salen rápidamente del espacio escénico que lleva el nombre original del caballero andante, convirtiendo la representación, gracias a que la obra así lo permite, en un espectáculo de “variedades” donde se alternan: diálogos, canciones, bailes, fuegos artificiales, etc.   Así en la plaza de Alonso Quijano, de la mano de Tiquitoc Teatro y del Ayuntamiento, con la colaboración de varias asociaciones de la localidad y la participación invitada de la comparsa de moros y cristianos Al-Kasar, de Alcázar de San Juan, se han representado los capítulos: “de lo que sucedió a Don Quijote yendo a Barcelona, más la aventura de los bandoleros de Roque Quinart, y la que trata de la cabeza encantada, con otras niñerías que no pueden dejar de contarse”.   Este año la espectacularidad la ha puesto la comparsa Al-Kasar, que trabucos en mano y mezclados entre más de 40 bandoleros, que asaltan a don Quijote en su camino a Barcelona, hicieron sonar sus estruendosas armas.   Esta es una fiesta que Argamasilla ha convertido ya en tradición, sus once años ininterrumpidos de celebración así lo avalan, y según informó el teniente de Alcalde, Pedro Ángel Jiménez, piensan seguir hasta conseguir que sea declarada como evento de Interés Turístico Regional.   Destacar, un años más, la actuación de los personajes principales, Jose Luis Fernández, en el papel de don Quijote; y Pedro Serrano, en el de Sancho; que consiguen, a pesar de ser muy conocidos en la localidad por sus profesiones de distribuidor de bebidas y peluquero, respetivamente; que el público los vea realmente como caballero y escudero, despertando durante la actuación grandes carcajadas.