‘Un centro penitenciario es un ente vivo reflejo de la sociedad’

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Para el número siete de la revista hemos querido salir de los límites de la localidad, acercándonos a uno de los centros penitenciarios más importantes de España, que además repercute económicamente de forma muy positiva en Argamasilla de Alba y en toda la comarca, para ello hemos hablado con Enrique Valdivieso de la Hoz, Director de Herrera de La Mancha
Cuando entras por primera vez a un recinto penitenciario, aunque sea de visita, las sensaciones fluyen de manera extraña por el cuerpo, controles y más controles: “por favor me deja su DNI”. Ya dentro del recinto, un funcionario me guía por un largo pasillo hasta la oficina del director; donde esperaba verme con una persona seria, de traje y corbata, sin embargo me encontré frente a un zaragozano, que afirma ser ahora manchego porque “trabajo en La Mancha y para La Mancha”, con camisa de manga corta, sencillo y llano, como lo son las personas que “fueron cocineros antes que fraile”. Durante la charla previa a la entrevista, Enrique Valdivieso recurrió continuamente al presente del indicativo “hemos", donde se puede apreciar que hace participes de sus éxitos a los trabajadores que tiene a su cargo, consciente de que el buen funcionamiento de un centro como Herrera de La Mancha, es posible gracias a que el equipo trabaja unido.   En septiembre hará dos años que está al frente de este centro, ¿qué balance hace? En un principio quiero destacar que la acogida fue muy buena por parte de otras instituciones y de los funcionarios que han colaborado mucho en la labor que se ha hecho en estos casi dos años, donde hemos modificado bastantes cosas, sobre todo en infraestructuras, como el departamento de comunicaciones, de ingresos, hemos creado un departamento de régimen abierto, una unidad terapéutica, un modulo de respeto y hemos puesto en marcha varios programas de tratamiento, cursos formativos, un taller productivo; y en riesgos laborales creemos que  somos referentes a nivel estatal.   En su puesto anterior estuvo cuatro años como subdirector de Seguridad en Madrid II (Alcalá de Henares).  ¿Este es el paso lógico para llegar a director? Cada caso es diferente, no hay un procedimiento establecido para ser director de un Centro Penitenciario. Yo entré como funcionario del cuerpo de ayudante en 1981, he pasado por todos los puestos que hay en un centro penitenciario: ayudante, jefe de centro, jefe de servicio, subdirector, etc. En mi caso, la llegada a la dirección ha sido paso a paso pero es cierto que no en todos los caso es igual.   ¿Qué aporta Herrera a Argamasilla de Alba y a la comarca? Herrera es un centro de trabajo con 250 profesionales, y todo lo que conlleva, alquiler de viviendas, gastos en alimentación... Son 250 sueldos que entran en la comarca, de los cuales más de 25 son de residentes en Argamasilla de Alba.   ¿Qué relación tiene con la localidad? Institucionalmente me une una gran y muy cordial relación con el Ayuntamiento, que siempre se ha portado muy bien con nosotros, y personalmente tengo amigos en la localidad, de hecho parte de mi tiempo de ocio transcurre en Argamasilla, me gusta pasear por sus calles, tomarme algo en las terrazas, ir a jugar al padel, al tenis; en general voy mucho a practicar deporte que es lo que me gusta hacer el poco tiempo de ocio que tengo.   ¿Ha llegado también la crisis a la cárcel? ¡La crisis!, por supuesto que también ha llegado a la cárcel, nos han bajado un 5% el sueldo a los funcionarios, y a otros más. Un centro penitenciario es un ente vivo reflejo de la sociedad, y como tal, todo lo que ocurre fuera tiene su extensión aquí dentro.   ¿Destaque algo positivo y negativo de su trabajo? Lo positivo es que trabajas con personas y te conforta comprobar como muchos de ellos que entraron con conductas adictivas o malos hábitos, los van corrigiendo en su periodo en prisión y salen en libertad siendo personas diferentes. Negativo…, que trabajamos con personas que tienen muchas carencias, por las cuales sufren.   ¿Cuáles son los retos más cercanos que tiene como director? Nos ilusiona crear nuevos talleres productivos y formativos en el interior de la prisión, aunque las dificultades económicas no ayudan a ello. Un centro penitenciario no un almacén de personas, nuestra labor es intentar que los internos estén ocupados el mayor tiempo posible, bien trabajando o en la escuela, por ejemplo, este año hemos tenido 180 internos matriculados en educación reglada en la escuela de la prisión, 150 internos matriculados en talleres formativos como albañilería, electricidad, pintura, informática, taller de viveros; y otros 120 presos están ocupados en talleres productivos, por lo que tienen una remuneración. La actividad en un centro es como en cualquier otra comunidad, debe estar activa en todos los ámbitos de la sociedad. Somos como un pueblo con algo más de 600 habitantes.   ¿Con la nueva Ley de tráfico han aumentado los ingresos en prisión? Sí, categóricamente, han aumentado muchísimo los ingresos en prisión por delitos a la seguridad vial.   ¿Piensa quedarse mucho tiempo por esta zona? Aquí me siento realmente a gusto, he sido muy bien aceptado por la sociedad de Argamasilla de Alba y de toda esta comarca, y por lo tanto estoy muy feliz y muy a gusto, pero no depende de mí, este es un puesto de libre designación, aunque la verdad es que uno se siente como en casa.